El rol de la fisioterapia y la actividad física en los cuidados paliativos
El éxito de los cuidados paliativos se basa en la comunicación que debe existir entre el paciente, su familia y sus médicos en un ambiente de cordialidad, respeto y confianza, así como en el perfecto entendimiento de los objetivos planteados, el estado de la enfermedad y los deseos principalmente del paciente y, secundariamente, de sus familiares.
El rol principal del fisioterapeuta es el mantenimiento de la vida activa hasta la muerte, incentivar al paciente a la actividad corporal y disminuir los síntomas causados por la enfermedad. El equipo de fisioterapia se centra principalmente en un programa de ejercicios en el que no existe dosificación sobre el tipo, frecuencia, intensidad y la duración de los ejercicios que se deben administrar a los pacientes, ni tampoco en qué etapa de la enfermedad se debe administrar y de qué manera, la dosificación será individual y dependiendo en la etapa de la enfermedad.
Actualmente se acepta la actividad física programada de forma individual como parte del tratamiento del cáncer y de numerosas condiciones crónicas incluyendo la enfermedad cardíaca, pulmonar, síndrome de fatiga crónica, infección por HIV, insuficiencia renal, depresión y en el anciano frágil.
El ejercicio terapéutico se basa en principios básicos como la progresión, la regularidad y la moderación. No es común tener contraindicaciones absolutas, sin embargo, previo al comienzo del tratamiento, el fisioterapeuta debe evaluar todos los factores de riesgo relacionados con metástasis óseas, cardiopatías y trombosis.
Si bien la intensidad inicial de los ejercicios es baja, y menor cuanto mayor sea el deterioro del paciente, puede ir aumentando en función de la respuesta de este. Los beneficios de estos programas de entrenamiento son importantes en términos que aumentan la capacidad funcional, logrando menor esfuerzo y menor sensación de fatiga, el entrenamiento progresivo aumenta su capacidad para realizarlo y su calidad de vida, la bicicleta fija y caminar permiten mejorar la condición física en forma paulatina sin exponer a los pacientes a una sobrecarga.
La actividad física moderada tiene al menos seis efectos beneficiosos en los pacientes: a) aumenta la capacidad funcional, b) disminuye la fatiga a medio plazo, c) aumenta los niveles de hemoglobina, d) mejora la fuerza muscular, e) ayuda a controlar el peso y e) puede mejorar el autoestima del enfermo. La movilización precoz, el plan de ejercicios y el entrenamiento de la función son los métodos más eficaces. La realización de ejercicio constante o ejercicio aeróbico o una combinación de ejercicio aeróbico constante y ejercicio de resistencia progresiva por al menos 20 minutos, puede producir una mejoría significativa de la depresión y en el funcionamiento cardiopulmonar.
Los médicos en contacto con enfermos en fase terminal deben tomarse tiempo para hacer una revisión sistemática de las consecuencias físicas, emocionales y sociales que la enfermedad provoca en sus pacientes para comprender la forma como reaccionan ante lo que les está pasando y actuar en consecuencia, si es posible adelantándose para prevenir las probables minusvalías o incapacidades. La rehabilitación es tanto una forma de asistencia como una parte integral de los cuidados paliativos que puede producir considerables mejorías en la función y calidad de vida de los enfermos y de sus familias y reducir su sufrimiento psicológico y espiritual. Los servicios de oncología, de cuidados paliativos y de rehabilitación tienen mucho que ofrecer para conseguir que los enfermos funcionen con un mínimo de dependencia y con bienestar, sea cual sea su expectativa de vida, en CUINDOM tenemos equipos profesionales multidisciplinarios preparados para ayudar a los pacientes a adaptarse a la enfermedad, a encontrar un propósito, aumentar su sensación de control y vivir de la mejor manera posible esta última etapa.
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